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Cambio Climático

¿Podrían las tarifas aduaneras impuestas a China perjudicar a los paneles solares?

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A corto plazo, los impuestos ayudarán a los fabricantes de paneles solares en EE.UU., pero podrían tener consecuencias imprevistas.

  • por Kevin Bullis | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 22 Marzo, 2012

El Departamento de Comercio de Estados Unidos impuso el martes nuevas tarifas en los paneles solares importados de China, en respuesta a algunas quejas que afirman que el Gobierno chino estaría subvencionando injustamente sus exportaciones de paneles.

Las demandas alegan que China lleva a cabo prácticas comerciales desleales, como conceder subvenciones en forma de préstamos a bajo interés de una manera que afecta a las exportaciones. Para compensar estas subvenciones, las empresas solicitaron aranceles con los que subir el precio de los paneles solares importados de China a más del doble. Las tarifas anunciadas el martes son pequeñas en comparación: entre el 2,9 y 4,73 por ciento. Sin embargo, podrían aplicarse tarifas mayores en mayo, cuando el Departamento de Comercio anuncie una decisión relacionada con una segunda parte del caso.

Una avalancha de paneles solares de bajo coste procedentes de China, que contribuyó a reducir los precios globales de los paneles en un 50 por ciento el año pasado, ha perjudicado a los fabricantes de EE.UU., algunos de los cuales entraron en bancarrota porque no podían competir. Esto ha llamado la atención sobre la política de China y ha generado más críticas acerca de las prácticas comerciales de dicho país.

Pero en realidad la historia es más complicada. Por un lado, el bajo precio de los paneles chinos ha sido beneficioso para los instaladores de paneles solares en  EE.UU.. En 2011, se duplicó el número de instalaciones de paneles en el país, debido en gran parte al enorme suministro de paneles fabricados en China. Puesto que las empresas instaladoras emplean a un gran número de personas, la política de China en realidad podría haber ayudado a la industria solar de EE.UU., al menos a corto plazo.

No se espera que las pequeñas tarifas impuestas hace dos días tengan un gran efecto, aunque un tipo de aranceles más grande podría desacelerar el crecimiento de las instalaciones solares en EE.UU. y perjudicar a los propios instaladores. Un estudio reciente realizado por el Grupo Brattle estima que aranceles de entre un 50 y un 100 por ciento aumentarían los precios de los paneles, en relación al aumento previsto, entre un 25 y un 30 por ciento en los próximos dos o tres años, y eliminarían miles posibles empleos de instalación en  EE.UU..

Es difícil determinar el efecto preciso que las tarifas podrían tener en los precios de los paneles porque existe suficiente suministro a nivel mundial para compensar la pérdida de paneles solares chinos, afirma Shayle Kann, director general de energía solar en GTM Research. "Es posible que los precios se mantengan estables en EE.UU., mientras que de otro modo habrían bajado", indica. "Puede que se dé un ligero aumento, pero es difícil saberlo".

Sin embargo, según Kann, los aranceles podrían ser "perjudiciales". Entre el 40 y el 50 por ciento de las instalaciones solares previstas en EE.UU. iban a utilizar paneles de China. "Si se impone un arancel de importación en algo así como el 50 por ciento del mercado, el impacto será sustancial", afirma. "No hay manera de evitarlo".

Los aranceles también podrían dañar a las empresas estadounidenses dedicadas a suministrar equipos de fabricación solar y materiales a China. En 2010, el valor de estas exportaciones superó al de los paneles solares importados de China en cientos de millones de dólares, según GTM Research.

China también podría tomar represalias mediante la imposición de aranceles sobre el silicio y el equipamiento procedente de EE.UU. Si esto sucede, el Grupo Brattle considera que podría causar pérdidas dentro del empleo de hasta 60.000 despidos en EE.UU. para el año 2014.

Así que, a corto plazo, los únicos que se benefician de las tarifas serían los fabricantes de paneles en EE.UU., que representan una pequeña fracción del total de la mano de obra nacional relacionada con la industria solar. El estudio de Brattle concluye que el daño a los instaladores y consumidores provocado por el aumento de precios superaría con mucho el beneficio para los fabricantes de paneles solares.

Sin embargo, algunos expertos sostienen que a largo plazo los aranceles podrían dar como resultado paneles más baratos, además de ayudar tanto a los instaladores como a los fabricantes estadounidenses. Los partidarios de las tarifas basan su apoyo en dos cuestiones: por un lado, las prácticas desleales de comercio en China harán que otros fabricantes tengan que cerrar, reduciendo la competencia y los incentivos para que las empresas chinas inventen mejores paneles. La imposición de aranceles permitiría a más fabricantes de paneles solares sobrevivir en todo el mundo y, de acuerdo con esta lógica, aumentar la competencia.

La otra cuestión es que subvencionar injustamente las exportaciones de paneles solares dificulta que las empresas con nuevas tecnologías entren en el mercado. Aunque las nuevas tecnologías pueden prometer reducir los costes con el tiempo, en un principio son típicamente más caras. El aumento de los precios, impulsado por los aranceles, podría facilitar la rentabilidad dentro de aquellas empresas con nuevas tecnologías.

Pero, por supuesto, estas tarifas no ayudarían a aquellas empresas dentro de China con tecnologías innovadoras. Tampoco está claro si las tarifas aumentarán los precios lo suficiente como para que las nuevas tecnologías tengan éxito. Las subvenciones destinadas a crear un mercado para los paneles solares, como por ejemplo el sistema de primas en Alemania, podrían tener un mayor impacto, mediante el aumento de la demanda de paneles solares. Empresas como First Solar, que desarrolló un nuevo tipo de panel solar sin silicio, fueron ayudadas por una alta demanda que mantuvo los precios artificialmente altos a mediados de la década de 2000. Melanie Hart, analista política en el Center for American Progress, cree que son necesarios tanto los aranceles como las medidas para aumentar la demanda.

Lo cierto es que es necesario un tipo de innovación continua si la energía solar, que equivale a menos del 1 por ciento del suministro de electricidad en EE.UU., quiere llegar a ser una importante fuente de energía. Los paneles solares son ahora mucho más baratos, pero el coste de instalación en EE.UU. sigue siendo demasiado alto para competir con las centrales eléctricas de combustibles fósiles. Se necesitan nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia de los paneles, sin aumentar los costes de fabricación. Esto reduciría el coste por vatio de los paneles y los costes de instalación, puesto que se necesitarían menos paneles en cada instalación.

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