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Cambio Climático

El fabricante de baterías A123 anuncia una nueva tecnología para reactivar su negocio

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La empresa, que pasa por dificultades, afirma que un diseño avanzado podría conducir a un abaratamiento de los vehículos eléctricos.

  • por Kevin Bullis | traducido por
  • 13 Junio, 2012

A123 Systems asegura haber desarrollado una versión mejorada de sus células de ión-litio para baterías que podría crear nuevas aplicaciones para dichas baterías y reducir el coste de los vehículos eléctricos.

Estas baterías funcionan mejor tanto a temperaturas altas como bajas, en comparación con las baterías actuales de la empresa. Eso podría hacer que fueran útiles en coches y como energía de respaldo para torres de telecomunicaciones, señala A123. El nuevo diseño de batería también podría permitir a los fabricantes de automóviles simplificar o suprimir el líquido de refrigeración y los sistemas de calefacción utilizados en algunos vehículos eléctricos.

A123 no está dando demasiada información acerca de la nueva tecnología, excepto que consiste en ajustes en los dos electrodos de la batería, así como en el electrolito. Las nuevas baterías todavía utilizan un tipo de fosfato de hierro-litio -la composición química utilizada en las células convencionales de A123- y se espera que su coste de producción sea más o menos el mismo, afirma Bart Riley, director de tecnología de A123. Además, señala que las nuevas células entrarán en fase de producción comercial a principios del próximo año.

A123 Systems suministra baterías para el híbrido enchufable Fisker Karma, para autobuses híbridos y para apoyo a la red eléctrica. La compañía ha pasado por tiempos difíciles últimamente, principalmente debido a una costosa campaña de reemplazo de baterías defectuosas, pero también porque en gran medida ha dependido de Fisker, que tiene problemas por sí misma. A123 espera que las nuevas células traigan nuevos clientes, pero también ha informado a los reguladores de que, debido a su grave situación financiera, quizá no llegue hasta fin de año.

Las baterías de ión-litio son ligeras y compactas, lo que las hace atractivas para los vehículos eléctricos. Sin embargo, las bajas temperaturas pueden reducir su potencia de salida y se degradan rápidamente cuando están expuestas a altas temperaturas, por lo que los fabricantes de automóviles suelen incorporar refrigeración líquida compleja y sistemas de calefacción en los paquetes de baterías para vehículos eléctricos. A123 estima que la supresión de esos sistemas podría reducir el coste de un vehículo eléctrico en 600 dólares (480 euros), una cantidad significativa aunque pequeña en relación con los más de 10.000 dólares (8.000 euros) por vehículo que cuesta el paquete total de batería.

Las nuevas células probablemente no supriman totalmente la necesidad de contar con un sistema de refrigeración de algún tipo, ya que parte de la razón del enfriamiento es evitar que las baterías prendan fuego, afirma Ahmad Pesaran, ingeniero principal en el Laboratorio Nacional de Energías Renovables en Golden, Colorado (EE.UU.). No obstante, afirma Pesaran, una batería que pueda operar a hasta 45⁰C -en vez de, por ejemplo, a 30⁰C- podría hacer más factible cambiar de un sistema de refrigeración líquida, con su complejo sistema de bombas, agua de refrigeración, tuberías y radiadores, a un sistema de refrigeración de aire que solo necesite un ventilador. El experto estima que esto podría reducir el coste de un paquete de baterías entre un 10 y un 20 por ciento.

Las nuevas baterías también podrían utilizarse en lugar de baterías de plomo y ácido en los coches convencionales de motores de combustión interna. Como podrían funcionar en el intervalo de temperaturas necesario para este tipo de baterías en el interior del compartimiento del motor, las nuevas células ofrecerían un fácil reemplazo, señala A123. También podrían ser útiles para microhíbridos, vehículos que utilizan baterías de arranque un poco más grandes de lo normal que permiten que el motor se apague en las paradas y se ponga en marcha rápidamente de nuevo, así como para recuperar algo de energía de la frenada.

Aunque el coste inicial es de alrededor de 250 dólares (200 euros) más que el de una batería de arranque convencional, A123 afirma que resulta económico si se tiene en cuenta la vida útil del vehículo, puesto que las baterías duran más que las baterías de plomo y ácido y permiten un mayor ahorro de combustible, ya que pueden extraer más energía de la frenada. Sin embargo, quizá sea difícil entrar en este mercado, ya que los propietarios de automóviles pueden ser reacios a pagar altos costes iniciales por sus coches.

El rendimiento a temperaturas altas y bajas podría hacer que las baterías fueran adecuadas para sustituir las baterías de plomo de los sistemas de energía de reserva de las torres de telefonía móvil, o en áreas, como la India, que carecen de suministro estable de electricidad de la red. A123 señala que tal aplicación podría ofrecer un ahorro de alrededor del 60 por ciento en comparación con las baterías de plomo. Estos sistemas de energía a menudo utilizan generadores diésel para cargar baterías de plomo y ácido, ya que las baterías tardan mucho tiempo en cargarse, y no pueden ser recargadas por completo a partir de una red intermitente. Sin embargo, mientras que se tarda cinco horas en cargar una batería de plomo y ácido, se necesitarían solo 48 minutos para cargar las baterías de A123, lo que disminuye o eliminan la necesidad de usar un generador diésel, y reduce los costes aún más.

Hasta el momento, ninguna fuente externa ha verificado las afirmaciones de A123, aunque las pruebas iniciales a través de la Universidad del Estado de Ohio (EE.UU.) parecen prometedoras, ya que han mostrado rendimientos similares a altas temperaturas, aunque solo durante unos pocos cientos de ciclos de carga. A123 afirma que las baterías mantienen un 90 por ciento de capacidad después de cargarse y descargase a 45⁰C más de 2.000 veces, lo que equivale a la cifra mínima que requieren los fabricantes para los coches eléctricos. El rendimiento de las baterías en condiciones reales podría ser muy diferente al de las pruebas de laboratorio, así que habrá que seguir probándolas para confirmar las capacidades de las células de las nuevas baterías.

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